Pigmalión era un escultor que, según un mito griego, se enamoró perdidamente de una de sus creaciones: Galatea. Su pasión era tal que trataba a la escultura como si fuera una mujer de carne y hueso. Afrodita (diosa del Amor), enternecida por el amor que profesaba Pigmalión a su escultura, la convirtió en una mujer real.

Como dijo Albert Einstein:
“Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”.
“Todos somos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”.
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